El ser humano necesita cubrir sus necesidades básicas como alimentarse o beber agua para su desarrollo. Sin embargo, se considera que el contacto físico, es una necesidad esencial.
Cuando somos pequeños, exploramos el mundo a través del tacto, tocando todo aquello que se nos pone en frente. Además, por lo general, a esa edad el contacto físico se consigue con facilidad porque los niños suelen ser besados, abrazados y ellos mismos abrazan a otros cuando lo desean. Sin embargo, cuando vamos creciendo el contacto se vuelve cada vez menos frecuente.
Investigaciones y estudios
El médico austriaco René Spitz realizó un estudio en un orfanato en el que pudo constatar que los bebés no morían por falta de cuidados, sino por falta de contacto físico. Para los bebés, recién nacidos y durante su primera infancia, mantener un contacto físico cercano les permite desarrollar sus emociones y genera distintas conexiones cerebrales esenciales en su crecimiento.
Por otro lado, en una investigación de la Universidad de Amsterdam, se analizaron los efectos del contacto físico en personas con baja autoestima. En ellos se pudo demostrar que cualquier ligero contacto físico como una palmada o un apretón de manos, fortalece la seguridad y mejora la gestión de los miedos y temores.
La pandemia y la falta de contacto físico
Desde que iniciamos la cuarentena y nos vimos obligados a permanecer en casa o a mantener dos metros de distancia entre una persona y otra, el contacto físico ha disminuido radicalmente. Ahora las celebraciones, cumpleaños y otros festejos se realizan a través de distintos medios digitales para prevenir el contagio por coronavirus.
Sin embargo, la falta de contacto físico también nos puede enfermar debido al estrés, la ansiedad y diversos síntomas depresivos, que esto genera.
El contacto terapéutico y sus beneficios
Los seres humanos necesitamos del contacto para nuestro bienestar físico, mental y emocional. El contacto nos hace sentir más contentos, felices, mejora nuestra seguridad personal y reduce la percepción del dolor. Por lo general, los abrazos, las caricias y los besos son considerados analgésicos naturales gracias a la oxitocina que se genera cuando existe un fuerte vínculo afectivo entre las personas.
Es por ello, que todas las terapias naturales que incluyen contacto físico deberían estar integradas en nuestra vida diaria y considerarse como medicina preventiva. Sobre todo en los tiempos que corren, un buen masaje realizado por un profesional de experiencia, que mantiene todas las garantías sanitarias y de desinfección, es VITAL para nuestro bienestar.
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